El huracán Florence pone en situación de emergencia cinco Estados de EE UU

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A la víspera de su llegada a tierra, el “extremadamente peligroso” huracán Florence ha rebajado un escalón su fiereza −de categoría 3, a 2 sobre 5−, pero  mantiene todo su potencial destructivo en su avance hacia el sureste de Estados Unidos. Se prevé que el ciclón llegará entre la noche del jueves y la mañana del viernes, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), y los potenciales afectados ya están tomando las precauciones posibles. Cinco Estados —Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia y Maryland, además de la capital del país, Washington DC—  han declarado la situación de emergencia ante la llegada de Florence, que se espera que llegue con “marejadas ciclónicas y lluvias que pondrán en peligro la vida humana en amplias porciones de las Carolinas y otros Estados de la costa este”, según el CNH. Más de 10 millones de estadounidenses viven en zonas con alerta de huracán o tormentas tropicales.

En Charlotte, una ciudad al interior de la costa de Carolina del Norte, hacía un sol esplendido en la tarde del miércoles. Pero eso no es garantía de nada para sus habitantes. James Hubert, de setenta y pico, recuerda que el desastroso huracán Hugo, que causó 34 muertes y millonarias perdidas en ensembles en 1989, azotó la ciudad una soleada mañana. “Yo no sé qué esperar para de este huracán. Dicen que impactará en mayor medida en Charleston -ciudad costera-, pero lo mismo dijeron con Hugo y finalmente fue peor aquí”, narra Hubert, que no ha tomado más precauciones que recoger los muebles de su patio. Broks Shellay, de 51, ha sido más precavido. El hombre ha vivido toda su vida en Carolina del Norte así que dice estar acostumbrado a los huracanes. Para este, ha congelado alimentos, comprado medicinas y litros de agua extra. “Estoy ansioso por ver lo que se viene. Mi madre y mi hermana viven en la costa y eso me preocupa, pero no quisieron venir aquí para protegerse”, lamenta.

Los expertos han advertido de que el ciclón amenaza con generar “catastróficas inundaciones” cuando azote la costa sureste del país. Pedro Colin, jardinero de 32 años, ha tenido que trabajar horas extra para acabar un trabajo que le supondría días. Su jefe teme que las lluvias puedan arruinar la labor a medio hacer. Colin, en su propia casa, ha llenado de tierra las zonas bajas de su patio y ha puesto concreto en huecos que pueden hacer que entre el agua. “Soy mexicano y este es mi primer huracán así que me estoy preparando. Compré agua, comida para siete días, llené el estanque de gasolina, ahora solo queda esperar”, comenta.

 

El Servicio Meteorológico Nacional informó de que 5.25 millones de personas viven en áreas bajo advertencia o alerta de huracán y que otros 4.9 millones residen en zonas con alertadas de tormentas tropicales. El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que su Administración está “totalmente preparada” para responder a Florence.El huracán bajó una categoría este miércoles hasta alcanzar la número tres y los vientos máximos descendieron de 205 kilómetros por hora a 185, pero mantiene su fortaleza, dimensión y organización de su ruta hacia tierra firme. Las autoridades continúan haciendo un llamamiento a evacuar y tomar precauciones. “¿Quieren que les pegue un tren o un camión de cemento?”, preguntó Jeff Byard, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, aludiendo a que hay que tomar medidas.

En Plaza Midwood, un residencial barrio de Charlotte, la preocupación mayor son los enormes árboles que decoran sus avenidas. Kelly, de 54 años, teme que los vientos y las lluvias torrenciales terminen por hacer caer los antiguos troncos. Llegó a la ciudad justo después del huracán Hugo, por lo que esté será su primer gran ciclón. En su casa, tienen baterías de emergencia por si se corta la luz y junto a su pareja han revisado todos los bordes de las ventanas y puertas. A sus hijos, que estudian en Raleigh, una ciudad más al interior del Estado, les ha dicho que se queden el fin de semana allá. “Creo que es más seguro a que estén aquí”, aseguró.

La peligrosa marejada ciclónica provocará que áreas que son normalmente secas cerca de la costa se inunden por un aumento del nivel del mar que podría alcanzar entre 2,7 y 4 metros de altura desde Cabo Fear a Cabo Lookout, con “olas grandes y destructivas”, han resaltado los meteorólogos. La acumulación total de lluvia que dejará este fenómeno meteorológico también se estima muy elevada, entre 50 y 76 centímetros.

Además de Florence, en el Atlántico está activo otro huracán, Helene, que perdió este miércoles intensidad y pasó a categoría 1 —al bajar sus vientos máximos sostenidos a 150 kilómetros por hora— en la escala de Saffir-Simpson, de un máximo de 5. Helene se encontraba esta tarde a 1.405 kilómetros al oeste-noroeste de las islas de Cabo Verde, en la costa noroeste africana, y a 2.170 kilómetros al sur-suroeste de las islas Azores. Los expertos vaticinan que Helene experimentará un “gradual debilitamiento” durante las próximas 48 horas y “se degradará a tormenta tropical el jueves”.


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