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NUEVA YORK.
En la Corte Federal del Distrito Este de Brooklyn se acusó formalmente al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, por tres delitos relacionados con narcotráfico y uno por mentir a las autoridades estadunidenses en una solicitud de ciudadanía en 2018.
Él se declaró “no culpable” y continuará privado de su libertad, hasta que se realice la nueva audiencia programada para el 21 de enero próximo.
Su esposa e hijos lo acompañaron en su comparecencia: “Gracias por venir, no tenemos ningún comentario”, se limitó a declarar Lynda Cristina Pereira, esposa de García Luna.
La diligencia fue llevada a cabo por la magistrada Peggy Kuo, en ausencia del juez Bryan Cogen, asignado al caso y quien fue responsable de procesar a Joaquín El Chapo Guzmán.
García Luna llegó encadenado, con uniforme de presidiario, zapatos azules y pantalón beige.
En varias ocasiones se comunicó con su familia a través de gestos que dejaban ver que lo estaban apoyando, pero su hija y su esposa no pudieron contener el llanto.
El exsecretario de Seguridad Pública fue representado por el abogado César de Castro, nombrado por la Corte, debido a que su equipo de defensa no tenía credenciales en esta corte federal.
La próxima audiencia quedó fijada para el 21 de enero y entonces se conocerá si continúa privado de su libertad y detalles de lo que será su juicio exprés.
García Luna enfrenta cuatro cargos en su contra: tres por conspiración para tráfico de drogas a favor del Cártel de Sinaloa y uno más por mentir a las autoridades estadunidenses mientras solicitaba la ciudadanía, por lo que deberá afrontar las pruebas que el Departamento de Justicia de Estados Unidos haya recopilado en su contra.
El exfuncionario federal mexicano, de 51 años, presentaba una apariencia física desaliñada y deteriorada, totalmente diferente a como lucía previo a su detención en la localidad de Grapevine, Texas, el pasado 10 de diciembre.
Quien fuera secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Calderón vivió en Miami, Florida, hasta antes de su detención en Texas.
Antes de ello, fue pieza clave en las estrategias contra el crimen organizado como líder de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y al frente de la seguridad pública.