Anaya: no voy a administrar la “mediocridad”

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Al rendir protesta como candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya se declaró listo para ser presidente, pero acotó que no quiere llegar a ese cargo para administrar la mediocridad, sino para hacer realidad el cambio profundo que necesita el país.

En un corte de caja sobre los 60 días de la precampaña, aseguró estar en una contienda cerrada por el primer lugar con ya sabes quien y que el PRI se encuentra en un lejano tercer sitio en las preferencias electorales. No obstante lo anterior, acusó que el dinosaurio moribundo ha intentado destruirlo a dentelladas y coletazos de infamias. Pero a mí no me van a doblar ni a vencer, puntualizó.

Ante miles de personas llevadas al Auditorio Nacional y las cúpulas de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC) –las fuerzas políticas que integran la alianza–, el político queretano aprovechó para lanzar dardos contra Andrés Manuel López Obrador, el abanderado presidencial de Morena, puntero en las encuestas, a quien se refirió sin mencionarlo por su nombre, pero sí con la frase publicitaria de: ya sabes quién. Entre sus críticas, señaló que las propuestas del tabasqueño son viejas y fracasadas. Además, lo que México necesita no es un mesías con ínfulas de perdonavidas; lo que requiere es la aplicación inequívoca de la ley.

Frente a lo que consideró ideas antiguas de Morena, dijo proponer un cambio inteligente y con visión de futuro. Entre sus prioridades planteó el combate a la corrupción, la violencia y la desigualdad.

Un día después de que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, tronó contra la dirigencia del PAN por la forma como se designó a los candidatos a senadores plurinominales, Ricardo Anaya inició su discurso agradeciendo la presencia del mandatario estatal en el coloso de Reforma. Aquellos que ya se estaban frotando las manos por el supuesto pleito entre Javier Corral y yo, se van a quedar con las ganas, enfatizó el panista en alusión a la aclaración del chihuahuense sobre que no había roto con su correligionario.

Luego, ayudado por un teleprónter, el abanderado del blanquiazul hilvanó un discurso de casi 60 minutos. Le acompañaron gobernadores panistas afines y también los identificados con el calderonismo. Así se pudo ver a los mandatarios de Baja California, Francisco Vega; Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis; Querétaro, Francisco Domínguez; Guanajuato, Miguel Márquez Márquez; Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; Veracruz, Miguel Ángel Yunes; Puebla, Antonio Gali, y Durango, José Rosas Aispuro.

También estuvieron los surgidos del PRD: Graco Ramírez, de Morelos; Arturo Núñez, Tabasco, y Silvano Aureoles, de Michoacán. Junto a ellos, Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, y Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de Ciudad de México, quien se notaba incómodo tras las críticas de los panistas con que fue recibida su postulación al Senado por el blanquiazul.

En la zona VIP igualmente se pudo ver a los candidatos a gobernadores de Yucatán, Jalisco, Guanajuato, Tabasco, Morelos y Veracruz, así como a la abanderada a la jefatura del Gobierno capitano, Alejandra Barrales. De igual manera estaban los líderes de todas las corrientes perredistas, como Jesús Ortega y Jesús Zambrano, Juan Zepeda, Héctor Bautista.

Por el blanquiazul destacó Josefina Vázquez Mota, el dirigente con licencia Damián Zepeda, el ex presidente del partido Luis Felipe Bravo Mena, Santiago Creel y Diego Fernández de Cevallos, quien a pesar de su cuestionable trayectoria fue ovacionado por los asistentes.

De MC acudieron Dante Delgado y Alejandro Chanona, entre otros. No faltó en el cierre de filas en torno a Anaya el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle y su esposa, Martha Erika Alonso, ahora flamantes candidatos al Senado y al gobierno poblano por obra de las negociaciones con el aspirante a Los Pinos, así como Emilio Álvarez Icaza, de la iniciativa Ahora.

Llegados de Jalisco, Nayarit, estado de México, Morelos, Querétaro y Ciudad de México, entre otras entidades, los asistentes lograron llenar el auditorio una hora después de lo previsto, lo que retrasó el inicio del acto. Panistas, perredistas y los de MC prodigaron al candidato presidencial porras y el estribillo de Se ve, se siente, Anaya presidente. Sin embargo, lo que realmente pareció emocionarles fue la pegagosa canción de movimiento naranja, pues daban gritos cada que se escuchaba en el sonido del inmueble.

Ricardo Anaya señaló que el país requiere un gobierno que recupere la vergüenza. Prometió gobernar con los mejores mexicanos, pero si alguien da una muestra de negligencia como la ocurrida en el paso exprés de Cuernavaca, esa persona de inmediato dejará el cargo.

Luego de calificar la corrupción, la violencia y la desigualdad como los tres tumores del cáncer que agobia a México, ofreció combatirlos. A mí no me va temblar la mano para acabar con el pacto de impunidad. Tampoco voy a tener miramientos ante el crimen organizado.

Como si fuera un profesor de educación media, Anaya hizo una exposición sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo, entre ellas el desplazamiento de personal por el uso de robots y la reducción en la demanda de gasolina por la utilización de autos eléctricos.

Aprovechó este último tema para calificar de disparate la propuesta de López Obrador de crear seis refinerías en el país, pues además de implicar un gasto de 700 mil millones de pesos, equivalente al presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México por 16 años, terminarían de construirse en 2024, cuando va a comenzar el declive del consumo de gasolina, explicó.

Por último, dijo que nunca más México se volverá a poner de tapete frente al gobierno de Estados Unidos, como ha ocurrido con el actual gobierno.

Nota retomada del Periódico La Jornada
Lunes 19 de febrero de 2018, p. 5


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