Por: José Fuentes
Oaxaca, Oax., 18 de abril de 2016.- Atrás quedaron los tiempos en los que un político o política se ponía la camiseta de su partido y hacía todo por el amor a su camiseta, en la actualidad cambian de partido dejando de lado los principios que los hicieron nacer en una militancia.
Este es el caso de Gabriela Olvera, hasta hace un tiempo priista de hueso colorado, sin embargó al no ser elegida en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que la vio nacer, como si fueran muñecas deja el tricolor y se suma a la campaña del candidato a gobernador de Oaxaca de la Coalición con Rumbo y Estabilidad para Oaxaca (CREO), José Antonio Estefan Garfias.
Tan rápido se le olvido, que en las elecciones pasadas fue electa candidata a diputada federal por Santa Lucía del Camino, y ahora como berrinche se va y deja el partido que le dio cobijo.
Este es uno de los casos en su mayoría de jóvenes políticos, que no prendieron nada de la escuela política de antaño, donde pasara lo que pasara, un político jamás se bajaba de su barco para buscar oportunidades en otro lado.
La ética, la vocación, el amor a un partido, han quedado atrás, tal parece que en la actualidad a los políticos les interesa servirse del pueblo, que servir a un pueblo.