El primer acto de violencia en contra de los pueblos afrodescendientes mexicanos es el hecho de no ser reconocidos constitucionalmente a nivel federal, pues un pueblo sin personalidad jurídica es invisible, puntualizó la fundadora y colaboradora de la Asociación de Mujeres de la Costa de Oaxaca A. C., Rosa María Castro Salinas.
Al participar el 25 de noviembre último en la jornada “Diálogos por los derechos humanos de las niñas y mujeres”, organizada por la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Castro Salinas puntualizó que en México y en la entidad se ha avanzado en materia de derechos indígenas, pero no se termina de reconocer a los pueblos afromexicanos.
Castro Salinas recalcó que a nivel federal no se reconoce constitucionalmente a la comunidad afrodescendiente, originando que éste sea el primer y más grande acto de violencia contra los pueblos afromexicanos.
Agregó que en este año se llevó a cabo por primera vez la encuesta intercensal 2015 entre la población afromexicana de la Costa de Oaxaca y Guerrero, de la cual aún desconocen los resultados. Por ello, consideró “necesario, urgente y estrictamente reivindicante” que las mujeres y el pueblo afrodescendiente sean tomados en cuenta en el censo nacional de 2020.
La ponente señaló que otro acto de violencia en contra de las mujeres afromexicanas es la situación que caracteriza la desigualdad de los géneros y la sociedad patriarcal, las cuales han colocado a las mujeres afrodescendientes en situación de subordinación y discriminación, además de originar que engrosen la lista de población pobre con poco o ninguna acceso a servicios básicos de salud, educación, proyectos productivos, vivienda o a la propiedad.
Castro Salinas detalló que a las niñas y adolescentes afromexicanas que son madres se les vulneran sus derechos a la salud, al no contar con una atención estratégica, pues sufren de discriminación por ser mujeres negras, pobres y analfabetas.
Por ese motivo, pidió a las y los servidores públicos implementar planes de cuidado, generar agendas y tomar en cuenta a las adolescentes y mujeres afro mexicanas que viven en comunidades alejadas de centros de salud.
Agregó que los pueblos afromexicanos no cuentan con un acervo que refiera su historia, su origen, ese pasado que sólo conocen los afrodescendientes porque sus ancestros se los han contado.
La fundadora y colaboradora de la Asociación de Mujeres de la Costa de Oaxaca A. C. subrayó que todas las mujeres negras, indígenas o blancas son seres humanos y por lo tanto, sujetas de derechos, que no pueden continuar viviendo en situación de violencia, marginación, analfabetismo, carencia de derechos a la salud, educación, vivienda digna y a programas sociales, entre otros.
Por ello, instó a generar acciones públicas que contribuyan a erradicar la discriminación y marginación socio-económica y cultural de las que son objeto las mujeres afrodescendientes, así como mejorar su inclusión en todos los ámbitos de la vida.
“Queremos vivir sin discriminación, que nuestro color de piel no sea un pretexto para excluirnos de nuestros derechos, pero sobre todo a vivir sin ser violentadas”, finalizó.
La jornada “Diálogos por los derechos humanos de las niñas y mujeres” es organizada por la Defensoría en la sede de su Coordinación General para el Fortalecimiento a la Cultura de Derechos Humanos, ubicada en Arteaga 414, en el centro histórico de la capital oaxaqueña. El acceso a todas las actividades de esta jornada, del 23 al 27 de noviembre, es libre.