Al presentar un punto de acuerdo ante el Pleno de la Cámara Alta para la creación de la Nueva Ley General de Sociedades Cooperativas, el senador del Partido del Trabajo (PT) Benjamín Robles Montoya fundamentó que su propuesta busca que este tipo de organizaciones se constituyan en motor del crecimiento para México.
Señaló que en el país operan miles de cooperativas, donde participan más 10 millones de personas, las cuales se topan con escaso acceso al financiamiento público y privado, lo que lleva a este sector a estar rezagado respecto de otros países latinoamericanos.
Ante esta situación, Benjamín Robles refirió que México necesita redoblar el esfuerzo para fortalecer el mercado interno y otros objetivos, apoyándose en una estrategia de abierta participación solidaria.
“La ley que se presenta, queda asentada en una relación de Derecho Público cooperativo con reglas aplicables a todo el entorno social, con un enfoque universal de cooperativismo moderno, actualizado, y con el compromiso irrenunciable del Estado mexicano de observancia y acatamiento”, dijo el senador de Oaxaca.
“Me complace en presentar la presente iniciativa con proyecto de decreto por la que se expide una Nueva Ley General de Sociedades Cooperativas, lo que hago de la mano del Consejo Supremo de Cooperativas de este país”, detalló Robles Montoya.
El legislador del PT explicó que esta propuesta no solamente protege las fuentes de empleo existentes y facilita la creación de nuevas, sino incrementa la demanda de bienes y servicios y genera formas autogestivas de producción, consumo y financiamiento.
Detalló que el desarrollo del cooperativismo ha sido incesante e intenso en las últimas tres décadas, ha tenido avances visiblemente positivos en inversión e ingresos en más de 100 países.
Actualmente, precisó, el 14.3% de la población mundial, alrededor de siete millones de personas, trabaja en una organización cooperativa y mutualista que atiende diversas necesidades económicas, sociales y culturales.
Las cooperativas, indicó Robles Montoya, contribuyen de forma determinante a un desarrollo económico integral pues la riqueza que se genera se distribuye entre las cooperativas de una manera más equitativa, multiplicando significativamente el número de empleos y generando importantes ahorros para las economías de las familias.
Se trata pues, de un modelo de desarrollo económico y social más justo porque las responsabilidades se reparten de manera democrática y con criterios de solidaridad y generosidad humanas, fundamentó.