Izúcar de Matamoros, Pue.
De las 170 mil viviendas dañadas por los sismos de septiembre del año pasado en nueve entidades ya se han reconstruido 26 mil y se espera concluir con la totalidad el próximo semestre, declaró el presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, aceptó desde ahora: habrá como siempre, casos aislados, particulares, muy excepcionales, que tengan un problema muy peculiar como pasa en una tarea de esta magnitud, de este tamaño
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Falta mucho por hacer, tramo por andar, porque atender los daños de nueve entidades ha implicado un gran reto, dijo el Ejecutivo.
Resaltó que en la atención a los damnificados los gobiernos federal y locales se quitaron los colores partidarios
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Primero en esta población, donde atestiguó la reconstrucción del hospital general, con una inversión de 16.8 millones de pesos, y más tarde en la comunidad de Las Galarzas explicó que ya se entregaron 95 por ciento de los monederos electrónicos con los fondos para la reparación de viviendas y atribuyó a errores de captura de los datos de los afectados o el abandono de las viviendas por sus propietarios, como algunas de las dificultades para la dotación del porcentaje de tarjetas aún pendiente.
“Para el gobierno de la República hubiese sido fácil concluir nuestra labor con entregar las tarjetas, y decir ‘ya entregamos el recurso y que cada quien haga lo que deba y corresponda hacer, pero quedará en su conciencia …’”
Sin embargo, apuntó, no hemos dejado a las comunidades solas
y las mismas brigadas encargadas de levantar el censo también han vigilado la labor de reconstrucción para asegurar su avance a paso acelerado.
Si bien hay evidencias sobre los avances en la restauración, las comunidades hicieron planteamientos para viejas carencias, como un puente o la pavimentación de sus calles. Algunos damnificados llevaron su tragedia personal desde alguna comunidad de la zona directamente a Peña Nieto.
Entre lágrimas, doña Sabina Cortés contó: “Se cayó mi casa y me dieron una tarjeta de 15 mil pesos, pero la mano de obra me cuesta 14 mil. Yo no tengo dinero. Duermo debajo de un palo. A mi hijo le cortaron un pie. Tengo todo el material (de construcción) de la tarjeta que me dieron y ya no tengo dinero. Soy pobre. Para venir conseguí… y a unos que no se les cayó toda su casa como a mí, les dieron doble tarjeta y a mi nada más una; no se por qué me hacen eso…”